El aluminio se presenta en dos tipos de acabados:

El anodizado es una técnica utilizada para modificar la superficie del aluminio (oxidación electroquímica) con la intención de proporcionar una mayor protección al aluminio, al mismo tiempo que permite el coloreado, tales como oro, bronce o el color que desee. Hay distintos métodos de coloración de las capas de anodizado: coloración por sales y coloración por tintes siendo la de sales la opción más habitual y la que más calidad garantiza tanto en acabado como en durabilidad. Algunos fabricantes ofrecen unos acabados en lijado y relijado, los cuales producen un efecto de pequeñas marcas longitudinales producidas por un lijado anterior al anodizado.

El lacado es un sistema de protección del aluminio que consiste en la aplicación de un revestimiento orgánico o pintura sobre la superficie del aluminio.
Existen diferentes sistemas de lacado para el aluminio, siendo los más aplicados en el campo de la construcción: LACADO EN POLVO y LACADO POR ELECTROFORESIS.